Comunidad Virtual / Comunidad de Práctica (Tarea 2)

Empecemos delimitando conceptos.

1. Comunidades virtuales: Grupo de individuos que se agrupan socialmente en función de afinidades e intereses comunes de muy distinta índole y cuyo medio de encuentro y de comunicación reside en una infraestructura tecnológica (ordenador, móvil, módem, conexión a internet, etc.) que posibilita la intercomunicación sin limitaciones espaciotemporales, y por tanto, puesto que hay comunicación, la transmisión e intercambio de información. Así pues, como en las comunidades reales, en las virtuales también hay socialización a través de la comunicación mediada por el ordenador. El valor añadido de la comunidad viene dado precisamente por la interacción de los componentes de la comunidad.

2. Comunidades Virtuales de Aprendizaje: Variedad de comunidad virtual cuyo principal interés es aprender en común, a través de distintas actuaciones como el intercambio de conocimiento y de experiencias, la promoción de proyectos de investigación, el debate y análisis sobre la práctica profesional, la reflexión sobre el proceso de construcción de conocimiento y sobre el conocimiento mismo, etc. Las comunidades de aprendizaje deben perseguir la innovación, la adquisición de nuevas capacidades, el desarrollo profesional, y por supuesto fortalecer los vínculos entre los miembros (1). Se trabaja bajo un marco colaborativo y de interacción, aspectos metodológicos que posibilitan los últimos avances tecnológicos relacionados sobre todo con la llamada web social. Es a través de la interacción con el grupo como se desarrolla el proceso de aprendizaje, es decir, el grupo facilita la construcción de conocimiento en una relación de interdependencia positiva. Así pues se negocian primero los objetivos y el reparto de las responsabilidades, aunque evitando esquemas jerárquicos y promoviendo la co-responsabilidad el compromiso ante la comunidad. Aclarar que toda comunidad de aprendizaje surge por la necesidad de compartir y ampliar conocimiento, pero no necesariamente de crear conocimiento nuevo.

3. Comunidades Virtuales de Práctica: Las fronteras entre este tipo de comunidades y las de aprendizaje no están claramente delimitadas. En una comunidad de práctica los miembros comparten conocimiento, experiencias, se aconsejan y se ayudan entre sí, se busca la experimentación y el desarrollo profesional o competencial, todo ello desde la “experiencia práctica”, compartiendo la práctica, porque los miembros se dedican a esa práctica. Por eso una comunidad de práctica no deja de ser una variedad de comunidad virtual de aprendizaje porque también se intercambia conocimiento. También existen comunidades de práctica formalmente más organizadas donde se proponen objetivos de aprendizaje muy concretos sobre experiencias prácticas. Pero, independientemente del grado de formalidad y del esquema estructural de organización de la misa, una comunidad de práctica debe tener un carácter más abierto y flexible que una comunidad de aprendizaje en su concepción más estricta, lo que permitirá, por ejemplo, la incorporación de nuevos miembros en cualquier momento -de la misma forma que otros van a ir abandonándola- o en el desarrollo de diferentes objetivos, experiencias o hilos conductores de práctica, frente a las comunidades de aprendizaje que muchas veces funcionan por proyectos muy concretos con número clausus de integrantes.

Así pues, no toda comunidad virtual es una comunidad de aprendizaje, no toda comunidad de aprendizaje es una comunidad de práctica, pero sí toda comunidad de práctica constituye en su base una comunidad de aprendizaje.

Teniendo en cuenta todas las consideraciones apuntadas en las definiciones anteriores podemos preguntarnos cómo se convierte una comunidad virtual en una comunidad virtual de práctica, qué elementos la conformarían como comunidad de práctica. Imaginemos individuos altamente interesados en el software social, por ejemplo, y que desean ampliar su conocimiento sobre el mismo y compartir sus experiencias para que otros también aprendan. Siguiendo a Wenger (1) deberían:

1-Organizarse como grupo en una estructura formal y contar con una infraestructura que permitiera la intercomunicación y el almacenaje de información en distintos formatos para compartirla. Estructura e infraestructura conformarían la social networking o red social. Sería contradictorio, que una comunidad de práctica cuyo objeto de interés es el software social no utilizara este mismo tipo de software en sus distintas actuaciones. Facebook, Buddypress, Ning, Zoho, etc.

2-Negociar objetivos: El grupo debe delimitar objetivos de aprendizaje y de reflexión basados en la práctica, de manera consensuada y corresponsabilizando a todos los miembros. Incluso se podrían crear grupos más especializados en diferentes tipologías de software social o en uno determinado (EVAs, podcasts, etc.)

3-Negociar la metodología y las responsabilidades: Obligatoriamente ha de basarse en la participación y el trabajo colaborativo. Si la comunidad es numerosa se hace indispensable el establecimiento de grupos de trabajo o de práctica.

4-Incrementar el conocimiento: El trabajo ha de ser productivo en el sentido de generar nuevas competencias, nuevas técnicas o nuevo conocimiento.

5-Determinar un sistema para la gestión del conocimiento (archivos en diferentes formatos, repositorios, motores de búsqueda, etc.)

6-Fortalecer los vínculos entre los miembros y a la vez vincular la comunidad a otras de la misma índole, formando una red de comunidades de práctica, en este caso unidas por el objeto de conocimiento que es el software social.

(1) Wenger, E (2001): Comunidades de práctica: aprendizaje, significado e identidad. Paidós.